Con motivo de la celebración de la Carrera de la Mujer en Gran Canaria, el Diario.es entrevista Vicky Rojo, Delegada de nuestra Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico (AECMM) en Canarias.
Comienza recordando que el cáncer de mama metastásico (CMm) es una enfermedad incurable a día de hoy. De los más de 35.000 casos de cáncer de mama que se diagnostican en nuestro país anualmente, un 6% ya son metastásicos desde el inicio, y un 30% de los restantes desarrollarán metástasis con el tiempo. Los medicamentos existentes solo frenan la proliferación de la enfermedad, e intentan alargar la vida de los pacientes lo máximo posible.
Vicky relata que las pacientes de cáncer de mama metastásico somos las “grandes olvidadas”. El cáncer de mama es una enfermedad que se ha “dulcificado” y que la sociedad tiene la concepción de que se cura en todos los casos, pero lo cierto es que un porcentaje importante de pacientes desarrollan metástasis y no se recuperan. Por eso son importantes iniciativas como #laMquefalta, un movimiento impulsado por la AECMM en colaboración con la Alianza Daiichi Sankyo y AstraZeneca, con el objetivo de dar visibilidad a esta realidad, y que las pacientes reciban el reconocimiento social que precisan.
A Vicky le diagnosticaron cáncer de mama hace más de 5 años. Como muchas compañeras, empezó con un cáncer primario y que tenía “muy buenas expectativas médicas”, pero que a los 2 derivó en metástasis. Ella se ha tomado el CMm con “mucha actitud”, asumiendo que el proceso tiene días buenos y malos.
Relata como los tratamientos cambian cuando dejan de ser efectivos, y por este motivo necesitamos disponer nuevos medicamentos que amplíen las líneas de tratamiento. Según los datos del 2022 en España se tarda una media de 540 días en financiar los nuevos tratamientos oncológicos aprobados por Europa, y esto no respeta la legislación de la Unión Europea, que establece que la este plazo deber ser de un máximo de 180 días. También señala las “surrealistas” desigualdades en el acceso a medicamentos y a pruebas en función de la comunidad autónoma en la que reside el paciente.
Por último, nuestra compañera ha querido destacar que el cáncer de mama no es “rosa, ni simpático, ni dulce”, sino que en realidad es “una mierda”. Incluso para las pacientes que “se curan” porque tienen que convivir con las secuelas físicas y psicológicas de la enfermedad y los tratamientos, y con el miedo a una recaída o metástasis.