“Lo más importante es, que siempre lo digo, poder juntarnos todos y disfrutar de momentos divertidos que al final se hacen inolvidables❤️. Y lo que hacemos es porque nos hace felices ver cómo disfrutamos todos así en nuestro pueblín”.
Este es último mensaje de Vero en el chat de Bustillo de Cea. Lo escribió justo tras la última de las reuniones populares para comer, jugar al bingo, bailar y reír, que ella misma organizó, para todos los que quisieran estar, la pasada Semana Santa.
Podría ser un resumen de la forma de ser de Vero como amiga y como vecina, hasta el final de sus días: promover la alegría, pasar ratos unidos, convivir diferentes generaciones, crear actividad en nuestro pequeño pueblo… En definitiva: celebrar la vida en compañía.
Esa era la lección que, con sus hechos y sus palabras, Vero se empeñaba una y otra vez en darnos: hay que encontrar en las cosas sencillas la razón para vivir, la inspiración para luchar, la belleza de la felicidad compartida que se queda en forma de recuerdo y ya no se va.
Sin ella, va a ser muy difícil cumplir con esos deberes que nos puso; en su pueblo, en su pandilla, y desde luego, en su familia. Va a faltar el motor de su optimismo y su desprendimiento para hacer muchas cosas.
Por eso todos estamos de luto en Bustillo, y el otro día en su funeral nos abrazábamos unos con otros dándonos mutuamente el pésame por haberla perdido. Por no tener ya a la vuelta de la esquina la sonrisa dulce, cercana y bonita de la amiga, la vecina, la compañera de juegos…
Sin embargo, lo más mágico de Vero va a ser que nos ha mostrado un camino, y que su recuerdo será una señal luminosa que nos guiará cada vez que luchemos por ser felices pese a la dificultad, por celebrar la vida con los otros pese a las diferencias; o por sonreír pese al dolor.
Gracias, Vero.