Para Maite, de Isa
Maite, me han dicho que ya no estás. Me dicen que hoy es tu despedida y que, en unos días, será tu funeral. Me dicen que así mejor, porque has terminado de sufrir. Sin embargo, son palabras que rebotan y no calan en mí, porque, para mí, sigues estando conmigo. Tu presencia es tan grande en todo, que no quiero ni pensar cómo puede ser nuestra vida sin ti. Has sido, eres, la mejor hija para papá y mamá. También has sido, eres, la mejor madre, y Andoni ha tenido la mejor de las suertes. Has sido, o mejor dicho, eres la mejor hermana. Miro los miles de fotografías que tenemos juntas y no puedo sino aferrarme a tu sonrisa, tus carcajadas, nuestras travesuras de pequeñas, nuestras confidencias, tu lealtad, tu fuerza en todo momento.
Pero es verdad que la enfermedad ha sido cruel. Yo deseaba que no te llevara por delante, pero la metástasis no entiende de súplicas. Así que sí: dicen que hoy es tu despedida y que, en unos días, será tu funeral. No habrá flores, porque incluso en esto has sido valiente y generosa. Has pedido que nadie te lleve ramos ni coronas; y que el dinero que la gente podría gastar en adornar el tanatorio o la iglesa, lo donen a la Asociación ACMM contra el Cáncer de Mama Metastásico. Así están haciendo.
Entretanto yo pienso en ti. Cuando pasen unos días, reescribiré este texto para que quede in memoriam una pequeña biografía de la gran persona que has sido. Pero hoy no puedo escribir en pasado. Hoy solo puedo escribir en presente. Solo puedo escribir que eres la mujer más maravillosa, fuerte y generosa de mi universo.