El cáncer de mama metastásico (CMm) supone uno de los mayores retos para la oncología en cuanto a investigación y tratamientos. Se diagnostican a más de 2.000 pacientes cada año en España. Esta enfermedad causa más de 6.500 muertes al año en nuestro país.

Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, La Nueva España entrevista a Gema Rodríguez Recio, paciente y vicepresidenta de nuestra Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico (AECMM). Gema tiene 47 años, es madre y le diagnosticaron cáncer primario a finales de 2014. Con ese diagnóstico estuvo un año y medio de baja laboral, pero cuando le diagnosticaron metástasis en el 2017, tuvo que dejar de trabajar para siempre.

“Cuando una paciente con cáncer de mama recibe la noticia de metástasis todo cambia radicalmente porque la enfermedad pasa a ser incurable y con un pronóstico de vida de unos 5 años” Tras unos meses o años muy duros, con muchos cambios físicos, psicológicos, y secuelas que quizá nunca se vayan, es imposible volver a la rutina de tu “anterior vida”. El hecho de que sea metastásico “te ata de por vida al hospital”. “La única forma que tenemos de sobrevivir es cambiar de un tratamiento a otro cuando este deje de funcionar, y esto te hace vivir con un miedo constante”.

Recibir un diagnóstico de CMm implica una profunda angustia. Aunque existen opciones de tratamiento, la enfermedad es incurable. Por eso es importante establecer una relación de confianza entre médico y paciente: Es fundamental confiar en el oncólogo y que este entienda las necesidades emocionales que acompañan a un diagnóstico de estas características.

“La enfermedad te provoca vivir constantemente con miedo y con estrés por los resultados. No solo te afecta a ti, sino a todo tu entorno. Necesitamos más apoyo psicológico. Los tratamientos generan altibajos constantemente, no puedes hacer planes con antelación. Quieres seguir estando ahí por tu familia, pero es muy complicado”.

“Los efectos secundarios que implican los tratamientos son en ocasiones muy difíciles de sobrellevar, a pesar de toda la medicación o cuidados que tengamos para intentar paliarlos. Limitan y condicionan tu vida. Es necesario que las pacientes cuenten con equipos de atención multidisciplinar, que puedan ver al paciente de forma integral, y que puedan hacer derivaciones más ágiles a otras especialidades cuando sea necesario”. Estos efectos secundarios conllevan incapacidad laboral, discapacidad e incluso situaciones graves de dependencia. No solo afectan al paciente, sino que complican toda su esfera familiar por el alto impacto social y económico.

Otra de las principales demandas de las pacientes es la falta de un acceso rápido y continuo a nuevos tratamientos. En España existen fármacos innovadores aprobados, pero los procesos burocráticos retrasan su disponibilidad para las pacientes, y esto puede afectar significativamente la calidad de vida y las posibilidades de supervivencia de las pacientes. Necesitamos una “mayor colaboración a todos los agentes involucrados en la financiación de nuevos tratamientos para que el proceso sea más ágil y transparente y que los plazos se ajusten a los 180 días como máximo que marca la normativa europea”.

“Como vicepresidenta de la AECMM pido más colaboración a todos los agentes involucrados en la financiación de nuevos tratamientos para que el proceso sea más ágil y transparente y que los plazos se ajusten a los 180 días como máximo que marca la normativa europea. Y también reclamamos que una vez aprobados, estas nuevas terapias estén disponibles para todas las pacientes en todos los hospitales de todas las Comunidades Autónomas”.

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