El pasado sábado nos uníamos a la celebración del día internacional de los ensayos clínicos, y nosotras, como enfermas de cáncer de mama metastásico, lo hacemos con convicción plena en que son una vía a la esperanza y al avance de la ciencia.
Sin los ensayos clínicos, muchas de nosotras no tendríamos posibilidad de acceder a determinados tratamientos innovadores y, nuestros investigadores, no contarían con las evidencias necesarias para seguir aportando líneas de tratamiento a las que, lamentablemente, vendrán detrás.
En nuestro país tenemos grandes investigadores y variedad de ensayos disponibles. Todos ellos con las máximas garantías en su aplicación a las pacientes, pero a veces, el acceso a los mismos se hace difícil dependiendo de donde vivamos. Una vez más, son ejemplo palpable de la inequidad en el acceso a los tratamientos entre las distintas comunidades autónomas.
Hace unos días, Javier Cortés se pronunciaba sobre “los ensayos clínicos descentralizados como modelos de investigación que no están restringidos a centros de investigación concretos, permitiendo la inclusión y evaluación de los pacientes en distintas ubicaciones geográficas”. Este hecho aportaría “un aumento de la diversidad de la población en estudio y una mayor flexibilidad hacia la situación de cada paciente”.
El 54,4% de los hospitales con ensayos se sitúan en sólo 4 provincias: Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, dejando a las pacientes que no residen en estas provincias, sin las mismas oportunidades cuando técnicamente sería posible.
No es extraño el caso de compañeras que tienen que desplazarse muchos kilómetros para realizar un análisis de sangre en el hospital de referencia de manera reiterada, teniendo además en cuenta que muchas veces son pacientes con problemas de movilidad a las que estos viajes suponen un estrés emocional y unos recursos económicos con los que no siempre se cuenta.
María es una de ellas, y en los últimos meses ha tenido que viajar en tren cada quince días desde un pueblo del norte de España hasta Madrid. Cada jornada de tratamiento supone, entre otras cosas, dedicar 9 horas al traslado al hospital. A veces, el trayecto se realiza en el mismo día, pero otras veces, los horarios de las pruebas hacen dedicarle un par de días con los gastos de alojamiento y manutención que esto conlleva.
El ensayo está funcionando, pero el esfuerzo físico y mental se añade a la lista de efectos y a la situación general derivada de la propia enfermedad.
Desde la Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico, en nuestro férreo apoyo al a investigación y a la equidad en el acceso a los tratamientos, nos parece de gran importancia y urgencia abordar este tema y facilitar el acceso de todas las pacientes a los ensayos clínicos de forma descentralizada cuando técnicamente así sea posible.