SEOM publica en la revista científica Clinical and Translational Oncology (CTO) su posicionamiento sobre ejercicio y cáncer.
Aunque son necesarias más investigaciones, el ejercicio físico regular previene el desarrollo de numerosos tipos de tumores e incluso ralentiza su crecimiento a través de varios mecanismos.
En primer lugar, el ejercicio estimula la función inmune, sobre todo en lo que respecta a los linfocitos “natural killer”. El ejercicio favorece, incluso de forma aguda, tras una sola sesión, la movilización de estas células hacia los tumores e incluso la capacidad de “matar” a las mismas.
Por otro lado, los músculos en contracción liberan a la sangre unas sustancias denominadas colectivamente como “miokinas”, que tienen la capacidad de alcanzar muchos tejidos y células, algunas incluso actuando sobre las células tumorales, inhibiendo su proliferación y ejerciendo un efecto quimoterápico. Además muchas “miokinas” tienen un efecto anti-inflamatorio.
Cuando hacemos ejercicio regularmente, se genera un ambiente fisiológico saludable, con menores niveles de inflamación crónica a nivel sistémico.
Por último, cuando hacemos ejercicio, liberamos adrenalina en la sangre, que es capaz de inhibir vías de señalización específicas de cáncer de mama.
Ahora bien, lo que está en discusión ahora es la cantidad de ejercicio físico necesaria para obtener una clara reducción del riesgo, aunque probablemente sea diferente según el tipo de tumor. El mínimo ejercicio recomendable de acuerdo con la OMS, es decir 150 minutos/semana de ejercicio físico moderado o 75 minutos/semana de ejercicio físico intenso, ya muestra efectos beneficiosos para algunos tumores, como el cáncer de mama, aunque el mayor beneficio probablemente requiere mayor actividad física.
La Asociación Española de Cáncer de Mama Metastásico hace eco de lo que diversos autores del artículo destacan: “El ejercicio en pacientes oncológicos es factible, seguro y efectivo, independientemente de la fase de la enfermedad en la que nos encontremos” y precisan que el asesoramiento especializado es necesario. Es importante implementar programas de colaboración entre médicos y otros especialistas (fisioterapeutas, fisiólogos del ejercicio, graduados en ciencias de la actividad física y el deporte), para poder mejorar la calidad de vida y emocional.