Este 8 de agosto de 2022, los amantes del cine han llorado el fallecimiento de Olivia Newton John, quien se convirtió en un icono global en 1978 gracias a su papel de Sandy en la aclamada película ‘Grease’.
La actriz y cantante ha muerto a los 73 años, víctima de un cáncer de mama con el que ha convivido tres décadas. La primera vez que le encontraron un tumor en el pecho fue en 1992 y en 2013 tuvo que lidiar con las mismas malas noticias.
Fue en 2017 cuando los médicos detectaron que el cáncer se había esparcido a los huesos, por lo que la enfermedad ya estaba en estadio IV, lo que se conoce como cáncer de mama metastásico.
La metástasis le provocó una fractura en la columna vertebral que le limitó su capacidad para caminar, pero Olivia lo superó y mostró al mundo su resiliencia, convirtiéndose así en todo un referente en la lucha contra este tipo de cáncer.
Como explican desde la Asociación Española de Cáncer de Mama Metastásico (CMM), se trata de un tipo de cáncer de pecho que se ha extendido a otras partes del cuerpo en forma de metástasis, siendo las zonas más frecuentes: huesos, hígado, pulmones y cerebro. A esta enfermedad también se le llama, como hemos indicado antes, cáncer de mama en estadio IV o avanzado.
¿Cómo ocurre? Como en cualquier tipo de metástasis, las células cancerosas dejan de estar localizadas en la zona donde se detectó el primer tumor y se desplazan por el torrente sanguíneo o el sistema linfático a cualquier otra parte del cuerpo. Esto puede ocurrir varios años después de haber superado el tratamiento inicial.
Según la CMM, una de cada 8 mujeres padecerá cáncer de mama a lo largo de su vida y, de estas, alrededor del 20-30% desarrollará cáncer de mama metastásico con el tiempo. Los hombres también pueden padecerlo.