El reumatólogo César Hernández, director general de Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) y Farmacia del Ministerio de Sanidad recuerda cuando marcaba con dos colores los biomarcadores (sustancias que componen una célula y que han sufrido una mutación maligna o benigna) en su época en el laboratorio, mientas que actualmente se utilizan 40 colores para indicar los diferentes marcadores biológicos de una célula.

Algunos de estos marcadores serán potenciales candidatos a integrar el primer catálogo que financiará la sanidad pública española previsiblemente en el segundo trimestre de este año, tal y como anunció el propio Hernández hace un mes en el Congreso de los Diputados, durante la presentación del informe “Biomarcadores como motor de la medicina de precisión”.
Los planes de Sanidad prevén abarcar, en una primera fase, los biomarcadores oncológicos, ya que el cáncer fue en 2021 la segunda causa de muerte en España (con 113.662 defunciones), solo por detrás de las enfermedades cardiovasculares (119.196), según datos del INE.

Muchas áreas de la práctica médica se irán beneficiando de un listado “flexible” sobre el que aún se desconoce cuántos tipos de biomarcadores va a incluir ni cuáles han sido los criterios establecidos por el grupo de expertos conformado para tal fin a la hora de seleccionarlos. Sí se ha precisado que, desde el momento en que se haya aprobado esta orden en la cartera de servicios, todos los hospitales deberán ofrecer el servicio de determinación del perfil genético a los ciudadanos, con sus propios medios, o bien entre hospitales de la red pública.

Ya se han distribuido 40 millones de euros a las comunidades autónomas y se repartirán otros 50 en lo que queda de año. En total, 90 millones para que estas pruebas se implementen de manera equitativa, homogénea y coherente en la cartera de servicios.

Una de las principales ventajas de los biomarcadores es el ahorro. Los biomarcadores y la medicina de precisión se basan en estrategias de prevención y tratamiento determinadas por la genética de cada individuo y los factores ambientales o su estilo de vida. Uno de sus principales objetivos es el de predecir la aparición de la enfermedad, siendo una herramienta coste-efectiva para los sistemas de salud. La investigación de hoy puede hacer uso de técnicas de secuenciación masiva (NGS) para detectar decenas de biomarcadores de una sola vez en un tiempo más reducido que las vías tradicionales. Realizar una de estas determinaciones tiene actualmente un precio de 500/600 €, mientras que un test para identificar un solo biomarcador tiene un coste de 200 €.

La Fundación Gaspar Casal, responsable del informe presentado el mes pasado con el apoyo de la farmacéutica Janssen, ve en los biomarcadores un claro ejemplo de innovación que permitirá cronificar más el cáncer. Pero para conseguir los mejores resultados el sistema ha de asegurar una asistencia equitativa a través de un igual acceso en la prestación requerida, de calidad y común para todo el territorio, tal y como pedimos siempre desde nuestra Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico. Según un reciente estudio comparativo a escala europea, España ocupa una posición media-baja a la hora de implementar la medicina de precisión, con un acceso más limitado que el de las principales economías de la UE. De momento en nuestro país existen muchas desigualdades a nivel nacional, autonómico e incluso, dentro de una misma región, entre hospitales.

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