Según declaraciones de la Dra. Eva Ciruelos, oncóloga del Hospital 12 de Octubre y vicepresidenta del grupo SOLTI a El Mundo “Los números muestran que algunas CC.AA. están muy por encima de otras. ¿Soluciones? Que haya políticas sanitarias comunes en España” En el acceso a fármacos oncológicos innovadores no solo se ven diferencias importantes respecto a otros países europeos, sino también entre autonomías.
España es un país gran reclutador y muy participativo en la investigación clínica, sobre todo, de la que viene de otros países y que está financiada por otros grupos o por la industria farmacéutica. Estamos entre los cinco primeros puestos a nivel de reclutamiento y no solo en número de pacientes implicados en ensayos clínicos, sino además en la calidad de la información clínica que se proporciona a esos estudios. Esto hace que muchos pacientes obtengan el beneficio de ser tratados o diagnosticados con un sistema innovador de tratamiento o diagnóstico y, además, los profesionales disfruten de aprender de esta innovación que llega en los ensayos clínicos.
La paradoja es que cuando se cierra el ensayo clínico porque finaliza su reclutamiento volvemos de nuevo muchos pasos atrás y no conseguimos que esa innovación que hemos experimentado en ese estudio se transforme en una realidad de acceso para todos los pacientes, hasta incluso años después de que el estudio haya finalizado. Cuando se cierran los ensayos volvemos a una situación desesperada de un retraso muy superior al doble o incluso al triple de lo que está permitido en la Unión Europea, que son 180 días de demora. En España esta demora supera los 500 días para las evaluaciones de financiación de fármacos innovadores en muchas ocasiones.
A pesar de esa gran cantidad de ensayos clínicos, luego los pacientes no siempre tienen acceso a ciertos fármacos, porque no son financiados o su financiación tiene restricciones. Por ejemplo, España tarda 469 días en financiar los fármacos oncológicos más innovadores aprobados por Europa frente a los 100 de Alemania. Después de la aprobación de la agencia europea (EMA) se exige en España que se apruebe (y financie) esa innovación también por la Agencia Española del Medicamento (AEMPS). La normativa europea exige que este tiempo no debiera ser superior a 180 días y en España rondamos los 470 días, casi triplicamos lo máximo permitido.
Existe otro problema añadido: aunque la resolución sea positiva, algunas CC.AA. pueden añadir restricciones adicionales a la aprobación por las agencias reguladoras, y esto es algo grave y serio. Son los propios pacientes quienes denunciamos que en algunas autonomías sí se pueden conseguir algunos fármacos y en otras no o que, al menos, las indicaciones no son idénticas.
Otra falta de equidad se produce con las unidades multidisciplinares oncológicas. No es lo mismo llegar a un hospital donde haya unidades que ofrezcan al paciente un abordaje interdisciplinar e integrado de lo que hay que hacer con su tumor. Si un centro no tiene todos los servicios deben funcionar perfectamente los sistemas de derivación hacia un centro terciario a donde pueda recibir la atención en las mismas condiciones que si viviera en una gran ciudad.
Desde nuestra Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico nos unimos a este sentir. No nos cansaremos de reclamar que se financien en tiempo y forma los fármacos innovadores aprobados por la EMA, y que todos los pacientes oncológicos tengan derecho a unos mismos tratamientos y pruebas diagnósticas, indepencientemente de la comunidad autónoma donde vivan, o del hospital de referencia en el que se traten.