Hope Rugo, profesora de Medicina en el departamento de Hematología y Oncología en la Universidad de California San Francisco (EE.UU.); Alessandra Gennari, jefa del servicio de Oncología del Hospital Universitario Maggiore en Novara (Italia); Montserrat Muñoz, oncóloga médica en la unidad de mama del Hospital Clínic de Barcelona; y Mafalda Oliveira, oncóloga médica en el Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona y en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO); son cuatro mujeres investigando en diferentes partes del mundo para ofrecer nuevos tratamientos a mujeres con el tipo más agresivo de cáncer de mama: el CMTNm, el subtipo con peor pronóstico de este tipo de tumores, presente en del 10 – 15% de los casos.
En el cáncer de mama metastásico triple negativo las células no expresan receptores de estrógeno ni progesterona y expresan un HER2 limitado (proteína que participa en el desarrollo normal de las células). Debido a esta naturaleza, las opciones de tratamiento son limitadas en comparación con otros tipos de cáncer de mama. Pero también hay noticias positivas: “Ahora tenemos mucha esperanza en los tratamientos, que están mejorando la supervivencia de las pacientes con metástasis, manteniendo su calidad de vida. Este es un aspecto importante, porque muchas de las pacientes son mujeres jóvenes”.
Las cuatro coinciden en que hay nuevas esperanzas para las pacientes, para sus familias y amigos, en una patología donde cada día cuenta, y quedan aún muchos retos que afrontar, en los que seguirán trabajando con la investigación como principal herramienta. Los nuevos tratamientos proporcionan esperanza a las pacientes porque, ya pueden comenzar a pensar que su cáncer está dando los primeros pasos en avanzar hacia una todavía lejana cronificación, algo que no sucedía hace unos años. “El cáncer de mama triple negativo metastásico no es una enfermedad curable, pero sí podemos dar esperanza gracias a la investigación”.
Este tipo de cáncer está asociado en muchas ocasiones con el embarazo, por lo que estas pacientes son jóvenes, madres de niños pequeños. Por este motivo, es aún más importante impulsar la investigación clínica con ellas para potenciar el diagnóstico precoz, porque la enfermedad continúa suponiendo una gran carga de sufrimiento y muerte. De hecho, la carga emocional de la enfermedad es inmensa, tal y como detallan las pacientes. Los sentimientos de incredulidad, miedo, enfado, tristeza y ansiedad, son frecuentes y se entremezclan. En muchos casos, es fundamental la ayuda psicológica.
Hay que destacar que nuestro país es uno de los líderes mundiales en investigación biomédica, con un gran número de ensayos clínicos realizados en hospitales españoles. Esto permite que las pacientes se beneficien antes de estos nuevos medicamentos. Los grupos cooperativos españoles de investigación permiten que los pacientes sean encaminados a los hospitales de referencia en los que se realizan los ensayos clínicos. La generosidad y altruismo de las pacientes españolas también debe subrayarse: la investigación no solo les beneficia a ellas, beneficia también a las pacientes del futuro.
Hay que seguir concienciando a la sociedad sobre esta enfermedad, con proyectos como “Cuadros con Esperanza”, que visibiliza las necesidades de estas pacientes a través de la Inteligencia Artificial y el arte. La exposición itinerante, creada por Gilead y nuestra AECMM ha podido verse, desde mayo de 2022, en diferentes hospitales y lugares públicos de España y continúa su gira a lo largo de este año 2023
Los grupos de ayuda de pacientes con cáncer metastásico también realizan un papel fundamental en la concienciación. Antes sólo existían este tipo de grupos con pacientes en estadios iniciales de la enfermedad (que son el 90% de casos). Pero ahora, las pacientes metastásicas pueden recurrir a la AECMM y sus diferentes grupos de apoyo, en redes sociales, o por WhatsApp (por comunidades autónomas). Este tipo de apoyo da a las mucha fuerza a las pacientes y les permite compartir mucha información con personas en su misma situación.