Detrás del trofeo que entregamos en los Premios Chiara Giorgetti no solo hay manos que trabajaron: hay memoria, esperanza y gratitud.

Cada detalle, cada flor del almendro, fue pensada para rendir homenaje a quienes investigan… y a quienes ya no están.

Porque para nosotras, la investigación no es solo un premio: es la posibilidad de seguir viviendo.

Y porque la memoria de Chiara sigue floreciendo en todo lo que hacemos.