La directora de la Unidad de Cáncer de Mama en MD Anderson Cancer Center Madrid analiza la realidad y las implicaciones clínicas y sociales de esta enfermedad.

Lazos rosas. Mujeres que sonríen. Palabras como «luchadora» o «ganadora». Todo ello para mostrar una cara, demasiado amable del cáncer de mama. El hecho de que sea una enfermedad que ataca a una zona tan concreta como el pecho, tan instaurada en el imaginario colectivo como parte de «lo femenino», puede inducir a que se reafirmen esos esquemas mentales sobre cómo debe comportarse una mujer ante algo así: ese sufrimiento silencioso, esa madre abnegada, esa sonrisa perenne a pesar de las circunstancias. La mayoría de las veces la realidad no es así. «No podemos olvidarnos de que es una enfermedad que, en un porcentaje de casos, reaparece»

Y, cuando la enfermedad es metastásica, a día de hoy no podemos decir que haya una cura. «La realidad está más cerca de lo que no sale en los medios, porque la imagen del cáncer de mama metastásico es, tal vez, menos agradecida», afirma Laura García. Precisamente por esto, «muchas veces no se sienten reflejadas con esas campañas del rosa, que van principalmente dirigidas a la mujer que se ha curado».

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