La Carrera de la Mujer España ha realizado su primera prueba de este año 2023 este fin de semana en Gran Canaria. En la carrera, que va de la mano del movimiento #laMquefalta, para dar visibilidad al cáncer de mama metastásico, ha participado nuestra compañera Vicky Rojo, en respresentación de la Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico.
Vicky es paciente de CMm, una patología que “de momento no tiene cura”, y tiene una esperanza de vida media de 5 años, desde la obtención del diagnóstico. “La gente me dice: Ah, tienes cáncer de mama, te vas a curar. Y no, no me voy a curar”, explica ella misma, demostrando que se ha propuesto llevar la enfermedad “con naturalidad y humor”, aunque siempre aceptando que en esto de superar grandes obstáculos y que cada uno hace lo que puede. “Cuando fui consciente de lo que es una metástasis, que significa que no tienes cura y que no sabes si es un proceso de 1, 2 o 5 años con estadísticas demoledoras, me vine abajo”, pero a partir de ahí, decidió que iba a vivir pensando en romper esas estadísticas.
Además de su marido y su hija, Vicky encontró por fin un pilar de apoyo fundamental en nuestra AECMM. Ella, como tantas otras, no se sentía representada con los discursos de apoyo o talleres destinados a pacientes con cáncer de mama que no han desarrollado metástasis.
La premisa principal de la Asociación es “más investigación para más vida” y sobre todo más fondos para que los estudios consigan medicamentos que permitan cronificar la enfermedad, porque a día de hoy “la curación es una utopía”. Otra de las líneas de trabajo es la de dar visibilidad a las pacientes y, por ello, se ha impulsado la iniciativa “La M que falta” en colaboración con la Alianza Daiichi Sankyo-AstraZeneca y que tiene como objetivo completar la conversación sobre el cáncer de mama con lo que se conoce como Triple M: Mujer, porque según datos de la asociación en ellas se da el 99 % de los casos, Mama y la gran ausente, Metástasis.
Otro punto fundamental en la Asociación es ejercer como punto de encuentro para los pacientes y es que, en su caso, a Rojo le ayudó mucho escuchar las historias de los demás para relativizar la suya. A través de un grupo de WhatsApp las pacientes canarias (y las de otras comunidades autónomas en diferentes grupos) comparten sus dudas, sus miedos y sus experiencias y, sin duda, es un espacio “muy liberador” y es que muchas veces es difícil trasladar los temores relacionados con la enfermedad a seres queridos porque ellos también transitan por momentos delicados.