Según indica OK Diario, Cataluña y País Vasco no han apoyado la incorporación del tratamiento Enhertu para cáncer de mama metastásico (CMm) en España. Así, la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM), presidida por el Ministerio de Sanidad, bajo la dirección de Mónica García, ha rechazado por cuarta vez la financiación del fármaco trastuzumab deruxtecán (Enhertu) para el tratamiento de un tipo específico de CMm HER2-low. Esto ha generado una considerable preocupación entre oncólogos, pacientes y asociaciones médicas.

Cuando un nuevo fármaco ha demostrado su eficacia en las distintas fases de ensayo y una vez aprobada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), Bruselas da a los Estados miembro 180 días para su aprobación, cosa que no ocurre en España, pues esas incorporaciones tienen un desfase de casi 3 años de retraso. Es la CIPM quien debe valorar su inclusión en el Sistema Nacional de Salud. Esta comisión está compuesta por miembros de los ministerios de Salud, Economía, Hacienda, Industria y las comunidades autónomas en turnos rotatorios cada seis meses y en grupos de tres de ellas. Aunque haya discrepancias y votos en contra, finalmente las CCAA llegan a un consenso. En la última CIPM celebrada en España para evaluar la aprobación de un nuevo tratamiento para el CMm, Cataluña y País Vasco no apoyaron la incorporación del fármaco, generando una gran polémica en el ámbito de la salud pública.

Enhertu es un anticuerpo conjugado diseñado para atacar las células cancerosas que expresan bajos niveles de la proteína HER2. Los tumores HER2-low representan una categoría significativa dentro del CMm, y hasta la introducción de este fármaco, las opciones de tratamiento son limitadas y menos efectivas. El fármaco reduce un 36% el riesgo de muerte y un 50% el riesgo de progresión del tumor.

Durante la CIPM representantes de las comunidades autónomas y del Ministerio de Sanidad debatieron sobre la viabilidad de incluir este fármaco en el sistema de salud pública español. Sin embargo, fuentes cercanas a la discusión indican que los motivos del rechazo se basan en dos factores principales: el coste elevado del tratamiento y las dudas sobre la sostenibilidad de su financiación a largo plazo. Aunque se reconoce la eficacia del fármaco, el alto costo asociado y las limitaciones presupuestarias actuales de sus sistemas de salud de algunas regiones hacen inviable su adopción sin comprometer otros recursos.

Esta decisión ha generado una ola de reacciones en el ámbito médico, en las pacientes y en la esfera política. Los oncólogos que han estado al frente de la propuesta para incorporar este tratamiento en España señalan que la negativa de Cataluña y País Vasco podría retrasar la adopción de una terapia que puede alargar la vida de las pacientes con calidad. Proponen una revisión del modelo de financiación de tratamientos innovadores, sugiriendo que el Estado asuma una mayor parte de los costos en lugar de delegar esta responsabilidad exclusivamente en las comunidades autónomas.

Desde nuestra Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico (AECMM) pedimos a todos los agentes que intervienen en estas negociaciones que sean flexibles y antepongan la salud de las pacientes a cualquier otra consideración.

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